¡¿Contradictoria, yo?!

CUIDADO: Extremada contradicción por parte de la autora en esta nota.

Tengo un millón doscientas doce mil setecientas veintitrés cosas revoloteando en mi cabeza y estoy reventando.

Me preguntan '¿cómo estás?' y por costumbre contesto bien. Por costumbre no más, lo que no significa que esté mal. Tal vez ni siquiera sé cómo carajo estoy.
Pasan cosas buenas y pasan cosas malas. No somos estables, al menos yo no. Es más, podría incluso definirme como lo contrario a eso. Y se podría decir que hasta me da bronca tener que definirme, o hasta tener que definir algo tan simple como cómo estoy.
Apenas estoy descubriendo quién soy, ¿cómo prentendés que sepa cómo estoy?

O tal vez sí sé cómo estoy y aún así, todo me moleste mucho.
Estoy bien. Eso es lo principal, arranquemos de ahí.
Es solo que a veces, hay demasiadas cosas que me tiran para abajo. 
Contra algunas se puede, contra otras sólo queda reaccionar. Lamentarse con las consecuencias.

La pregunta es ¿hasta dónde se le puede ver el lado bueno a las cosas? ¿Hay un todo o nada? ¿Hay un siempre o nunca?

Claro está, nos acordamos de las cosas que nos convienen. Si querés estar triste, razones no faltan seguro. Ahora estar bien, ser feliz, requiere esfuerzo. 
¿Qué tan vago sos?

Obviamente, ya me fui de tema. Será que nunca quise llegar a ningún lado. Solo aclararme a mí misma algunas cosas. 
En ningún momento pretendí que entendieras algo de lo que acabas de leer.