Si yo hablase de lo que me está pasando interiormente en este momento, diría cosas como estas:
La estoy pasando muy mal. Muy,
muy mal.
Estoy peleada conmigo misma, no
estoy en paz y nadie lo sabe. Y si alguien lo sabe, no le importa. Nunca puedo
contar mis problemas, y si los cuento me cuesta muchísimo. La gente que me
pregunta como estoy, ni siquiera se gasta en hacerme creer que de verdad están preocupados.
Si les cambio de tema o trato de evadirlos, ni se dan cuenta y siguen con sus cosas. Se
compran mi sonrisa falsa. El 'estoy bien'.
Tengo grandes amigas. Son buenas, y las quiero muchisimo. Pero están demasiado metidas consigo mismas y pocas veces me
toman en serio. Se piensan que digo las cosas en joda, o que miento. Yo nunca
miento.
Cada
acción que hago, cada decisión que tomo, debo pensarla por mucho tiempo. Soy extremadamente
insegura y cada vez que hago algo desafiante,
por así decirlo, me siento culpable al instante. No puedo estar contenta con
ninguna cosa que haga, que siempre le encuentro el defecto. Siempre me tengo que criticar todo.
-Sé que soy responsable por muchas de mis debilidades, pero no por esto. No por esta inseguridad. No me la creé
yo misma, no.
Para agregar, no quiero hablar
con nadie de nada. No quiero que nadie sepa. Hablar es debilidad, es dejarlos
entrar demasiado. No quiero que nadie sepa. Pueden usarlo en mi contra. Se van
a reir. Lo sé, porque ya me pasó antes. No quiero, no. Aparte, a nadie le
importa. No es que no puedo confiar en nadie, sí que puedo. Puedo, pero para
algunas cosas. Estas no.
Y, a
todo esto, le podemos sumar el miedo que tengo. Tengo mucho miedo. Tengo miedo a hablar. Tengo miedo de que puede pasarme si
sigo pensando así. Una parte de mí sabe lo perdida que estoy, pero para ‘desperderme’
o mejor dicho, encontrarme, necesito ayuda. Lo sé. Pero eso significa que tengo
que abrirme y eso me da miedo.
Le tengo miedo a mi silencio.
Pero, obviamente, esto nadie lo va a saber. Porque no puedo contarlo. Porque no se lo voy a contar a nadie. Porque nadie puede saber.
Y porque, no sirve mentirme, a nadie le interesa.