Siempre, desde que tengo memoria, el único pensamiento que se mantuvo en mi cabeza es el "ya va a pasar, algún día todo va a cambiar".
¿Por qué será que siempre pongo tantas esperanzas en el futuro? ¿Todo va a pasar? ¿Cambiarán las cosas alguna vez?
¿Pasará algo que cambie todo, que me haga triunfar sobre las cosas, que me saque de acá? En algún momento de mi vida, de verdad espero tener más respuestas que preguntas.
Me pregunto si podré desafiar el plan que, aunque resulta extraño, está presente en nuestras mentes, en la de otros, en las de gente que ni siquiera tenemos conciencia de que existe. Vivir de la forma en que vivimos supone un “plan”. Bueno, tal vez yo no quiera seguirlo.
No, no estoy loca. Bueno tal vez sí.
De todas formas, me considero optimista. De verdad creo que mi futuro no está escrito, que lo puedo modificar.
¿Tengo la esperanza? Sí. ¿Tengo la motivación? Probablemente.
¿Por qué escribo esto? Tal vez necesito recordarme que puedo confiar en mí, que puedo depositar esperanzas en mi futuro, porque es mío. Tal vez sólo necesito un recordatorio.
Si tiempos mejores van a venir, o no, queda en mí irlos a buscar.
Nada va a caer del cielo, nada va a pasar si no me enfrento a las cosas.
Y todo, absolutamente todo, está en borrador.