15.9.13

-

       La vida tiene puertas por las que entran y salen miles de cosas cada día. Entran y salen palabras, miradas, toques. Entran sentimientos. Salen suspiros. Entra odio y sale amor. Y viceversa. Hay cosas que entran para quedarse, otras que salen para volver a entrar, algunas chusmean y dan media vuelta y se van. Hay de todo porque así es la vida, una mezcla de millones de cosas. Eso somos. El resultado de una gran suma. La conclusión de un gran texto.
       Entre todas esas cosas que entran, entra gente también. A veces no nos damos cuenta de que entraron hasta que ya están ahí. Hay gente que entró mucho antes de que supiéramos la existencia de esas puertas. Hay gente que nos gustaría que entre, pero al parecer no está en sus planes. Hay otros que entran y así como entraron, se van. Otros que salen sin que queramos. Y hay otros a los que invitamos a salir. (O más bien, echamos a patadas).
       Todos ellos tienen un efecto en nosotros. Una alteración. 
       Nuestra vida es una serie de cosas; algunas más simples, otras complicadas. Ninguna sería igual sin la presencia de todas esas personas con las que nos cruzamos.


       Hay demasiada gente que no necesitás en este mundo. 
       Procurá que no te afecten. Tanto.



8.9.13

Viento.

Viento.
¿Me sentís? 
Sigo acá, por ahora.
Me dedico a observar.

Dolor.
Me está costando abrir los ojos. 
Ya no siento mi cuerpo.
No quiero dudar, pero ¿seguís junto a mí?

Frío.
Hay cosas que me duelen y cosas que me hacen sentir.

Lluvia.
No te asustes.
No son más que lágrimas.
Ellas tampoco me dejan ver, ¿sabés?

Polvo.
Me estoy cansando de respirar.
No soy tan fuerte como una vez dije.

Dolor.
Te hacés más fuerte cada vez.

Viento.
No te lleves mis palabras.
No te lleves mi voz.

Oscuridad.
No me apagues.
No es muy tarde.
dg 4.9.13