30.9.12

Indignación y otras pelotudeces.



Ouch. 
Fue lo primero que pensé, ouch. Eso dolió.
Sí, es ridículo.
Me hacen pensar que el día que vuelvan a Argentina, hagamos lo que hagamos, no vamos a poder superar a Brasil. 
Sí, eso es aún más ridículo

Quererlos tanto tal vez lo sea...
No sé, ni me importa.
Chau.

De 'Como ser un poco más pelotuda cada día', por Dana.

27.9.12

25.9.12

Vivi.


"Dana, siempre me haces acordar a mi cuando era chica, es un placer tenerte como alumna!!!"


                        No, Vivi. Fue un placer tenerte como profesora. 
                        Gracias por haber creído en mí. Por haber confiado en mí. Por ver que era mucho más que sólo tu alumna. 
                       Gracias por haberme enseñado que no hay que dejar que las cosas malas nos venzan. Por haberme enseñado que sólo es cuestión de mantenernos fuertes. Gracias por nunca haber bajado los brazos. 
                       Te recuerdo con todo el cariño del mundo.
                       Feliz viaje.
Dana.
Pd: Si querés, te dejo decirme 'Deina'.

15.9.12

Las cosas que no puedo decirte.

Nos callamos muchas cosas. Las guardamos para nosotros, por distintas razones. A veces, sabemos que podemos llegar a herir al otro y, como ese otro nos importa, no las decimos. Algunas cosas están mejor adentro que afuera. A veces, falta valor para decirlas. A veces, ya no se puede, porque esa persona ya no te puede oír. Otras, porque simplemente no es necesario decirlas. 


Te extraño. {Siempre te tengo presente}

-Tenías razón. 

-Me gustaría que me hablaras. {Sólo hablar. Pero ni eso puedo tener}

-Si existe un infierno, ojalá te pudras en él. {Sos definitivamente lo peor}

-Te necesito. {A veces estás muy lejos}

-Me joden muchas cosas de vos. {Y no te las voy a decir. No es necesario..}

-En realidad, no. No estoy bien. 

-A veces te dejaría. 

CALLATE UN POCO.

-No te perdono. {Al menos, no todo}

-De verdad, no entendés nada. {Así que por favor, callate}

-Hijo de puta te queda corto. {Pudrite, vos y todas tus mentiras}

-Sos insoportable. {date cuenta}

-Me gustás.

-No me importa. 

Me hacés mucha, muchísima falta. {¿Por qué te fuiste?}



ejemplos de cosas que alguna vez me callé.  o me estoy callando en este momento.
Por si acaso, no van todas dirigidas a la misma persona. 
d.

Silence is a scary sound.

Si yo hablase de lo que me está pasando interiormente en este momento, diría cosas como estas:
La estoy pasando muy mal. Muy, muy mal.
Estoy peleada conmigo misma, no estoy en paz y nadie lo sabe. Y si alguien lo sabe, no le importa. Nunca puedo contar mis problemas, y si los cuento me cuesta muchísimo. La gente que me pregunta como estoy, ni siquiera se gasta en hacerme creer que de verdad están preocupados. Si les cambio de tema o trato de evadirlos, ni se dan cuenta y siguen con sus cosas. Se compran mi sonrisa falsa. El 'estoy bien'.
                Tengo grandes amigas. Son buenas, y las quiero muchisimo. Pero están demasiado metidas consigo mismas y pocas veces me toman en serio. Se piensan que digo las cosas en joda, o que miento. Yo nunca miento.
                Cada acción que hago, cada decisión que tomo, debo pensarla por mucho tiempo. Soy extremadamente insegura y cada vez que hago algo desafiante, por así decirlo, me siento culpable al instante. No puedo estar contenta con ninguna cosa que haga, que siempre le encuentro el defecto. Siempre me tengo que criticar todo. 
-Sé que soy responsable por muchas de mis debilidades, pero no por esto. No por esta inseguridad. No me la creé yo misma, no.
Para agregar, no quiero hablar con nadie de nada. No quiero que nadie sepa. Hablar es debilidad, es dejarlos entrar demasiado. No quiero que nadie sepa. Pueden usarlo en mi contra. Se van a reir. Lo sé, porque ya me pasó antes. No quiero, no. Aparte, a nadie le importa. No es que no puedo confiar en nadie, sí que puedo. Puedo, pero para algunas cosas. Estas no.
                Y, a todo esto, le podemos sumar el miedo que tengo. Tengo mucho miedo. Tengo miedo a hablar. Tengo miedo de que puede pasarme si sigo pensando así. Una parte de mí sabe lo perdida que estoy, pero para ‘desperderme’ o mejor dicho, encontrarme, necesito ayuda. Lo sé. Pero eso significa que tengo que abrirme y eso me da miedo.

Le tengo miedo a mi silencio.


Pero, obviamente, esto nadie lo va a saber. Porque no puedo contarlo. Porque no se lo voy a contar a nadie. Porque nadie puede saber. 
Y porque, no sirve mentirme, a nadie le interesa.

10.9.12

No dejes que sea demasiado tarde.


10/9 Día de Prevención contra el Suicidio.

La gran mayoría de nosotros alguna vez lo contempló como opción. Error número uno: el suicidio nunca debería ser opción. Si lo tenés como opción, entonces seguro lo vas a pensar y sabemos que tu retorcida mente va a tratar de convencerte de que no está tan mal. Borralo de tu lista. Eliminalo de la faz de tu mente.
El típico ‘¿Qué pasaría si ahora desaparezco? ¿Alguien lloraría por mí?’ lo pensamos todos. Es esa necesidad incontrolable que nos surge por saber si alguien nos quiere y qué tan posta es ese cariño. Qué insaciable es el ser humano. Nunca nos basta. Y eso es humanamente normal. (¿O normalmente humano?). Bueno, este es otro error. El número dos: Alguien te quiere. ¡Claro que alguien te quiere! ¿En serio pensás que en todos estos años, no dejaste una marca positiva en nadie? No te dejes engañar. {Y si nadie te quiere, te quiero yo. Y punto final}
Otra cosa que tendemos a olvidar cuando estamos mal, es que nuestras emociones cambian constantemente. Las emociones son temporarias. Quitarse la vida es permanente. {No hay vuelta atrás}

Por otro lado, seguramente alguna vez viste a alguien extremadamente triste, perdido, débil, deprimido. Ya sea tu mejor amigo, un familiar, un compañero de la escuela, un vecino. Alguien que no tiene nada de autoestima, alguien a quien no le importe su salud en lo más minimo. O peor, que esté buscando destruirla. Si te está pasando, te pido por favor que no te quedes como si no pasara nada. Cuando te des cuenta, puede ser demasiado tarde.
Probablemente pensás que no podés hacer nada para ayudarlo. Deberías saber que hay varias cosas que podés hacer para ayudarlo/a.
  • Con el simple hecho de mostrar interés, la actitud del otro cambia. Un ¿cómo estás? Puede cambiar de gran manera el curso de las cosas. Pero ojo, si te vas a tomar el tiempo de preocuparte por alguien, lo mínimo que tenés que hacer es mostrar interés. Un ‘¿Cómo estás?’ lo pregunta cualquiera; ahora, un ‘¿Cómo estás?’ de verdad, un ‘realmente quiero saber que anda pasando por tu cabeza, como te estás sintiendo, que te alegra y que te preocupa’ lo pregunta sólo el que de verdad se preocupa por otro.
  • Dale el espacio que necesite. Si mostrás que sos confiable, que estás interesado, que no es ‘uno más en tu lista’, seguramente con el tiempo se abra. Algunos tardan más, otros menos.
  • Demostrá que pase lo que pase, estás de su lado. Ojo, esto no significa que le vas a decir a todo que sí. Significa que vas a buscar lo mejor para él.
  • Ayuda a que se distraiga. Obviamente, esto depende de qué tan cercano seas con esa persona. Buscá actividades para hacer juntos, cosas que le gusten a él, cosas que le saquen de la cabeza esos malos pensamientos.
  • Por último, pero no menos importante. Si se te va de las manos, si ves que es incontrolable y temés por la salud de la persona, pedí ayuda. Si esa persona se niega a hacerlo por si misma, hacelo por él. Tal vez en el momento te odie, sí. Pero le estás haciendo un favor. No dejes que sea demasiado tarde.


Esta generación está demasiado deprimida. No podemos dejar que otro chico más muera solo. Acercate, compartí.
Y sobre todo, pen en positivo.

2.9.12


Tu vida es una mentira y no lo querés aceptar.
No lo podés aceptar porque eso significaría admitir que estás mal, que estás hecho trizas por dentro, que nada de lo que te gustaría que fuera verdad lo es y el simple hecho de pensar cualquiera de esas cosas te mata, te quema adentro. Sabes que practicamente te desintegrarias de dolor. Entonces evitás esos pensamientos, los salteás, los ignorás.
No podés darte el lujo de pensar así porque eso significaria explotar la burbuja en la que vivís y caer a la realidad. Y sos demasiado inmaduro para ello.
Pero, aunque pudieras aceptarlo, no lo harías. Sos arrogante, sos egoísta, sos una molestia. Sos la basurita en el ojo, una mancha de café con leche en la camisa blanca un lunes a las 7.53 de la mañana, la nube que tapa el Sol, el dedo en el flash.